Receta para un viaje sola.
He decidido volver a irme de viaje sola. Y ahora que ya lo he hecho unas seis o siete veces, puedo compartiros la receta, que en mi caso es siempre la misma:
INGREDIENTES:
• Tiempo libre.
• Necesidad de ponerme en una situación incómoda o difícil.
• Miedo al rechazo por parte de un o una potencial compañere de viaje.
• Ganas de sentirme empoderada.
• Convicción (o confianza) de que voy a conocer gente maravillosa, lugares maravillosos y que todo va a estar bien.
ELABORACIÓN:
La preparación suele ser muy similar con independencia del destino: ninguna.
¿Sabéis esta gente que dedica horas de mimo y chup chup cuando tiene invitados en casa y que a veces se olvida de comer cuando está solx (esto nunca lo he entendido)? Pues yo hago tremendos Excels cuando el viaje es compartido, mientras que, cuando viajo sola, acabo reservando mi primera noche en el transporte que me lleva al propio sitio.
NOTA: añade un poco más a la “necesidad de ponerme en una situación difícil”. Me había quedado corta.
Las 12 horas anteriores y el trayecto suelen ir cargadas de autocrítica, pero no de la buena: ¿Por qué me hago esto?, ¿por qué estoy ahí sola?, ¿por qué no podía cuadrar con alguien con quien tuviera la certeza de que iba a pasarlo bien...?
Como ya son bastantes años practicando esta receta, soy capaz de rectificarla rápidamente y contestarme tirando de jurisprudencia: “Marta, TRANQUILA, ¿qué es esto que te estás haciendo? Has estado aquí muchas veces, en todas ellas has conocido a gente maravillosa y estás camino de vivir una experiencia genial. ¡VAMOS, TÍA!”.
NOTA 2: Si estás siguiendo esta receta con intención de hacerla por primera vez, tranquila: cada vez se rectifica más rápido.
Mientras todo esto reposa —ya subida en el transporte correspondiente, que con suerte tiene cobertura— empiezo a preocuparme por preocuparme: una cama para esa noche, qué se hace en el lugar al que voy, cómo moverse...
X horas después, cuando el miedo al "cómo saldrá" está en su punto más alto, un último latigazo, una última palmadita en la espalda y... PIM. Estamos.
Bienvenidos a A Guarda.